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CARTAGENA, CIUDAD SOSTENIBLE
Playa de Calblanque
Playas de ensueño
La localidad, al ser portuaria y haber sido una ciudad mi- litar en el pasado, está rodeada por colinas y montes con caminos hacía las cimas que se dirigen a la batería de Cas- tillitos, por lo que se pueden encontrar diversas rutas para hacer senderismo. Una actividad muy saludable, entreteni- da y eco amigable.
Para los amantes de las playas, en Cartagena encontrare- mos aguas cristalinas en territorios vírgenes. Entre las más visitadas se encuentran La Manga, una estrecha franja de tierra con playas tanto en el mar Mediterráneo como en el mar Menor. Cala Cortina es otra opción popular, caracteri- zada por su encanto pintoresco y aguas tranquilas. Tam- bién se destaca la Playa de Calblanque, un área protegida con dunas de arena blanca y una gran diversidad de flora y fauna. Aquí, nuestra meta es cuidar de estos espacios ayudando a mantenerlos limpios y libre de residuos.
La responsabilidad hostelera
Si bien como turistas tenemos que ser conscientes de nuestras acciones y elecciones, la responsabilidad más grande recae en los hosteleros, quienes se encargan de adoptar las facilidades para hacer esto posible. A nivel gas- tronómico, desde el restaurante Magoga explican cómo la sostenibilidad es una pieza clave en el éxito de su cocina. La pareja formada por María Gómez (cocina) y Adrián Marcos (sala y bodega) han conseguido asentar su res- taurante Magoga (una estrella Michelin y dos Soles Rep- sol) como una de las mejores direcciones gastronómicas del país, con una propuesta personal, sensible y meditada que explora e interpreta las raíces culinarias de la región.
Cala Cortina
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