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RECUPERACIÓN DEL MONT SAINT MICHEL
Vista aérea del Mont Saint-Michel
Vista aérea de los antiguos estacionamientos
Senderismo peculiar
Actualmente los guías titulados orga- nizan rutas durante las mareas bajas por la bahía para conocer el entorno natural que rodea la gran roca y dis- frutar de su singularidad. En la ruta se percibe la vida natural, se siente la succión de las peligrosas arenas mo- vedizas e, incluso, se ve de cerca la subida de la marea, de la que dicen: corre como un jinete al galope. Esto no es exacto, pero avanza a 10 Km/h que es bastante deprisa.
Es un espectáculo de la naturaleza casi único pero, atención, caminar por este lugar sin guía es muy peligroso. La policía patrulla constantemente para que ningún incauto cometa el error de ir solo, porque esa llegada súbita de las aguas podría ser letal.
La presa salvadora
Los expertos pensaron y pensaron. Había que lograr que la naturaleza
¿Estos ríos han puesto en peligro la insularidad del monte abacial? No, pero la ingeniería allí aplicada sí.
Del Couesnon, de 101 km y con un caudal muy irregular, se dice que «Le Couesnon par sa folie a mis le Mont en Normandie» (El Couesnon con su locura puso el Monte en Normandía). Pero fue canalizado en el siglo XIX para evitar sus crecidas y en 1969 se construyó un embalse que definitiva- mente restó potencial a su caudal. Su magia se desvaneció.
Estos ríos que en su origen eran re- corridos por salmones, anguilas o truchas fueron perdiendo parte de su vida natural al haber sido interfe- rido su curso y también disminuido su caudal, así sus aportes sólidos como arenas o limos se depositaban más cerca y rápidamente en la bahía mientras las mareas carecían de em- puje para arrastrarlos mar adentro. El equilibrio se rompió y la arena ganó y ganó altura.
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