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Despacho de Sissi en sus aposentos del Palacio Imperial
Tumbas de Francisco José, Sissi y su hijo en el Cripta Imperial
Y es precisamente viajando por Suiza, visitando a una aristócrata amiga en Ginebra como le sobreviene la muerte; una muerte violenta que no ve venir. En 1898, un anarquista (Luigi Lucheni de 25 años) que sólo quiere llamar la atención pública asesinando a un aristócrata, inicialmente piensa en el príncipe de Orleans, pero luego de leer la prensa descubre que por allí también estaba Sissi y cambia súbitamente de objetivo y opta por ella; le clava un estilete en el corazón. Sissi ni se enteró, sintió como el pinchazo de un alfiler tras un encontronazo, cayó al suelo y rápidamente se levantó y siguió con su día. El corsé evitó la violencia de la cuchillada y cuando se quiso hacer algo era ya tarde. 12 años después su asesino se suicidó en la cárcel.
Sissi sería enterrada en Viena en la Cripta Imperial de la Iglesia de los Capuchinos. Comenzaría en este momento su leyenda, idealizada en los años 50 del siglo XX por una trilogía cinematográfica que poco tiene que ver con lo que realmente fue su vida.
Tal vez Sissi fue una mujer con algún tipo de desequilibrio mental; tal vez fue una mujer adelantada a su época en muchos aspectos de su vida y por tanto incomprendida; tal vez la monarquía y la “trastienda palaciega” impidan a los portadores de las coronas ser personas normales que lleven vidas normales y por ello solo pueden ser reyes.
Os invito a visitar el “Museo de Sissi” en el Palacio Im- perial de Viena (HOFBURG) y sacar vuestras propias conclusiones
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