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platos (ensaladas, verduras, carnes, pescados, y di- cen que hasta el chocolate). El cuarto tipo o variedad de sal son las “escamas”. Partiendo de la flor de sal, si la nata que flota no se recolecta a tiempo cristaliza y se convierte en escamas que crujen al masticar. Las escamas son perfectas para carnes y pescados.
La importancia histórica de la sal conviene ser recor- dada porque aún siendo el condimento por excelen- cia es un gran desconocido. Romanos y egipcios lo utilizaron como medio de pago (salario viene de sal). Ha sido históricamente imprescindible para secar y preservar los alimentos; también hay que recordar los “caminos de sal” que comunicaban las salinas con los núcleos urbanos (Salzburgo es uno de estos caminos de sal). La industrialización del frío hizo que la sal perdiera por completo su valor económico y en el momento actual está casi demonizada porque como con muchos alimentos se considera perjudicial para la salud, y es que a veces olvidamos que el uso es gratificante y el abuso es dañino, pura lógica pero que no viene mal recordar.
La sal tampoco está exenta de leyendas o de teo- rías, de difícil testado, como la de que lava las malas energías o aumenta la virilidad masculina.
En Canarias llegaron a existir más de 60 salinas, la mayoría hoy están abandonadas; apenas quedan una decena.
Sal amontonada en uno de los depósitos
Imagen de los distintos tipos de sal que se producen en las Salinas de Tenefé
PRODUCTOS GASTRONÓMICOS
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SALINAS DE TENEFÉ