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Sol de Invierno.
Alojarse en temporada baja en un lugar como El Pa- raíso de los Pinos también tiene su gracia ¡Todo para ti! El personal, encantador, te explica los secretos del lugar, te anima a cruzar la valla e ir entre los pinares que le prestan nombre al hotel, caminando hacia la pla- ya de Migjorn. De vuelta al hotel un chapuzón más que fresquito, en la piscina, y a disfrutar del sol de invier- no tumbada en una de las camas balinesas del jardín, rodeadas de vegetación tropical, para terminar en el jacuzzi calentito.
Posidonia, ¿planta o alga?
A la escapada a las islas Baleares, anécdotas no le faltaron. Hay que aclarar que el motivo del viaje era comprobar como las islas son un ejemplo a seguir en cuanto a propósitos sostenibles se refiere. La primera en ponernos al día sobre ellos fue la infatigable Dais- se Aguilera Fletcher, responsable de “Save Posidonia Project” . Complexión juncal y fibrosa, ojos azules, y una pasión contagiosa por lo que hace. Si yo en par- ticular, antes de emprender viaje, sabía poco sobre la posidonia, tras conocer a Daisee, pasear por el puerto y subir a la Mola, comprendí como esa planta acuática, que no alga, es de una importancia vital pues produce oxigeno y protege el litoral arenoso contra la erosión. Desde el pico de la Mola, Daisee nos mostró orgullosa a los barcos, respetuosamente fondeados en la arena,
Faro de la Mola, y el Citroën Mehari, coche balear por excelencia
Salvar la posidonia en Formentera
fuera de las praderas de posidonia, evitando así que arranquen la planta al subir el áncora. Si he comenta- do anteriormente que Daisee es inagotable, procedo a explicar el porqué. Me llevé una grata sorpresa cuando, en la visita por las instalaciones del agroturismo Cas- bah en la finca Ses Alfebietes, su propietario Juan Vi- cente Boned, antes de comenzar el recorrido para en- señarnos los proyectos de sostenibilidad y circularidad de la finca, esperaba a otra persona que le ayuda y que es esencial en el citado proyecto. De repente aparece un coche pequeño que me resulta familiar y que viene a toda mecha . Se abre la puerta y de nuevo, aparece Daisee. Esta vez habla de la máquina de compost, a donde va el desperdicio orgánico de los restaurantes del hotel que luego abonará el campo
¡De la posidonia a la finca, Daisee está en todo!
El arte de lo imposible.
La entrada a la alucinante tienda de Sol Courreges Bone, en San Francesc, quien convierte todo lo que encuentra en la playa, o le dan los vecinos, en autén- ticas obras de arte, tuvo un percance. Mi mochila y yo nos convertimos en un mismo ente durante los viajes. Cual joroba de cuero, en ella meto mi cámara Canon, cuaderno de notas, lápices de ojos, pinta labios y pei- ne; la cartera también. Sin embargo, esta vez me hizo una jugarreta cuando al entrar en la tienda, al girar para observar una magnífica vasija recién horneada, la tira al suelo, reduciéndola a añicos ¡Menudo disgusto!
LA VENTANA DE MANENA
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