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Santillana del Mar, en la comunidad de Canta-
bria, es una de las joyas más destacadas del
norte de España. Conocida como “la villa de
las tres mentiras” —ni es santa, ni llana, ni
tiene mar—, esta pequeña localidad cautiva
a todo el que la visita gracias a su perfecta combina-
ción de historia, arquitectura y tradiciones. Con sus ca-
lles empedradas, casonas señoriales y una atmósfera
medieval que parece detenida en el tiempo, Santillana
del Mar se ha convertido en un referente turístico tanto
para amantes de la historia como para quienes buscan
un lugar pintoresco donde desconectar. Este pueblo
es un testimonio vivo de los siglos pasados y atrae a
viajeros de todo el mundo deseosos de sumergirse en
su rica tradición cultural y artística. No en vano, forma
parte del selecto grupo de "Los Pueblos Más Bonitos de
España" y ha sido escenario de numerosos reportajes y
documentales que destacan su singular belleza.
Historia
El origen de Santillana del Mar se remonta a la Alta
Edad Media, cuando se estableció un monasterio en
honor a Santa Juliana, una mártir cristiana cuyos res-
tos se conservan en la villa. Este monasterio pronto se
convirtió en un importante centro religioso, atrayendo
PUEBLOS CON ENCANTO
a pobladores, comerciantes y peregrinos de distintas
regiones. La influencia del monasterio marcó el de-
sarrollo de la villa, que se consolidó como un núcleo
de actividad económica, cultural y social. Durante los
siglos XII y XIII, la villa experimentó un notable auge
gracias a su ubicación estratégica en una de las rutas
de peregrinación hacia Santiago de Compostela. Ade-
más, su cercanía a los puertos del Cantábrico facilitó
el comercio, convirtiéndola en un importante enclave
económico de la región. Este desarrollo también propi-
ció la construcción de edificios monumentales que re-
flejaban el poder e influencia de la localidad, muchos
de los cuales se conservan en excelente estado.
Hoy en día, Santillana del Mar está reconocida
como un conjunto histórico-artístico, destacándo-
se como una de las mejores muestras del urba-
nismo medieval en España y un destino ineludible
para los amantes del patrimonio histórico, cultural
y arquitectónico. Su historia es palpable en cada
rincón, desde sus calles empedradas hasta sus
majestuosos edificios que narran siglos de es-
plendor, tradición, y una cultura inigualables que
perduran en el tiempo, evocando su rica herencia,
belleza ancestral y el legado único de su pasado.
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