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TRAS LAS HUELLAS INDIANAS
Como contrapartida, al otro lado del Atlántico (Cuba, Ar- gentina y Chile) también es fácil encontrar palacetes o casas de estilo indiano construidas por emigrantes espa- ñoles, los que nunca retornaron, que se integraron per- fectamente con la arquitectura colonial de raíz española; un estilo de ida y vuelta perfectamente perceptible en mu- chas ciudades iberoamericanas.
La importancia de este flujo migratorio fue tal que “La Ha- banera”, famosa composición musical, evoca la aventura indiana; la tradicional “sobremesa de café, copa y puro” es la adopción de estos aventureros de lo mejor de cada mundo; incluso el Modernismo catalán (presente en hos- pitales, conventos, teatros, fábricas, iglesias, residencias particulares y casas de veraneo) está indisolublemente unido a la burguesía catalana, en buena medida formada por indianos retornados. El propio Gaudí tuvo como me- cenas indianos.
En Lloret de Mar, Girona, la huella indiana es visible en numerosos lugares de esta bella localidad costera.
La introducción a la ciudad, a su historia, encuentra en el Museo del Mar su mejor maestro. En un entorno pri- vilegiado frente al mar, y en una casa indiana de tres plantas, Can Garriga de 1887, de gran valor patrimonial que el Ayuntamiento adquirió en 1981, se nos invita a un viaje que profundiza en la relación de Lloret con el mar: relación ancestral, antes de la eclosión del comercio marítimo; relato de viajes y comercio de cabotaje por el Mediterráneo; astilleros propios con Carlos III, en la mis- ma playa, e inicio del comercio con América (carpinteros
Comedor de Casa-Museo Can Font
Can Garriga (Museo del Mar)
de ribera, barcos de vela, armadores,...); invención de la máquina de vapor, pérdida de las colonias y retorno de los que se fueron; llegada del turismo de sol y playa y puesta en marcha del Lloret cultural que tiene mucho que ofrecer.
Desde la terraza de Can Garriga, las vistas son impre- sionantes. A un lado el mar, y al otro el delicioso paseo de palmeras que nos lleva ante el Ayuntamiento (Paseo Mossen Verdaguer); arquitectónicamente neoclásico con toque indiano, así como indiano fue el dinero con el que construyó.
Numerosas casas indianas asomaban a este paseo, pero muchas fueron abandonadas y ya en ruinas terminaron por desaparecer.
Si hay una casa en Lloret de Mar que es una magnifica muestra de este estilo indiano este es Casa-Museo Can Font.
Construida en 1887, a iniciativa del indiano Nicolau Font y Maig, quien hizo fortuna en Cuba. Can Font es un edifi- cio con marcado carácter modernista, compuesto de só- tano, bajo, primer y segundo piso, buhardilla y patio. La edificación se articula en torno a una dominante escalera, en el centro, con barrotes de caoba.
Su decoración interior llama la atención por sus trabajos de artesanía con esgrafiados, frescos, acabados en yeso de techos y paredes; pavimentos de mosaico y materia- les cerámicos de grandísima calidad y estética; hierro for- jado en barandillas y cancelas; vidrieras emplomadas y marquetería; especialmente destacados del conjunto de
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